jueves, 26 de octubre de 2017

Esperando la clave


Cada momento guarda celosamente su misterio. Una y otra vez abro los ojos y miro atentamente para abrirme paso en él. A simple vista todo queda fijado como un suceso repentino y anodino. De haber sabido un poco más, quizá no me hubiera sorprendido y hasta puede que lo hubiera reconocido como un hecho previsible. Ahora ya es demasiado tarde. Nada conservo de esa imagen fugaz. Ha sido el destello cosa de un momento y no he podido seguirle el rastro. Como si se hubiera escondido. He tenido sin duda un momento de lucidez, pero lo único que sé es que el misterio sigue ahí agazapado. No me queda más remedio que mantener los ojos abiertos a la espera de que la claridad resurja otra vez. Mientras espero ese sobresalto, calladamente observo y aprendo, aunque sigo sin entender qué hace tan necesario e insistente el misterio. Sospecho que por mucho que estudie seguiré atrapado en el tiempo y sin conseguir librarme de ese permanente misterio que se esconde tras cada momento.

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