viernes, 22 de septiembre de 2017

Destino de una grieta


La grieta entre A68 y Larsen C. Imagen ESA

En una imagen de la semana pasada (día 16), tomada por uno de los satélites de la Agencia Espacial Europea, se viene a comprobar que la grieta que se había abierto hace unos años en la plataforma de hielo Larsen C, en el Ártico occidental, se ha transformado en una brecha de unos 18 Km. Esto supone que se ha liberado a mar abierto una isla helada de unos 5800 Km2, una extensión considerable, ligeramente menor que la de la Comunidad Vasca. La historia de esta fractura probablemente sea antigua, pero comienza a ser monitorizada en los 90, cuando se detectó una grieta, que se extendió a partir de enero de 1016 hasta copar el mar por ambos extremos en julio de 2017. La imagen recibida viene a constatar que definitivamente se ha producido lo que se esperaba: la liberación de ese gigantesco bloque de hielo.

Parece que el aumento de las temperaturas del aire y el mar han sido determinantes en este desenlace y que la plataforma helada no ha sido capaz de mantenerse unida tras los sucesivos altibajos térmicos que se vienen dando en los últimos tiempos. El viaje que está próximo a emprender será sin duda lento e incierto y lo más probable es que se vaya fracturando en pequeños islotes que viajarán a la deriva por mares y océanos como pruebas testificales de los cambios que nuestro mundo está sufriendo. Dado que su tamaño supera los valores establecidos por los catalogadores, el islote que ahora se ha desprendido ha recibido el nombre de A68, es decir el 68º iceberg del sector A, lo que no le hace del todo el honor debido, pues su dimensiones exceden con mucho a las de los demás icebergs liberados con anterioridad.


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