viernes, 10 de enero de 2014

Un gran día


Mientras un importante sector de la ciudadanía está alarmado por el peligro que corren sus derechos civiles, el estado por boca de sus más conspicuos ministros decide alertar sobre la importancia del etiquetado del jamón. Para esta gente que gobierna, el etiquetado —y esto alcanza también a los ciudadanos— es sin duda un asunto de primer orden, un proceso imprescindible en orden a distinguir y distinguirse entre los cerdos, en sentido amplio, y a asegurarse la lealtad de los que ofrecen los mejores jamones. Viendo todos estos acontecimientos, uno tiene la impresión de que el camarada Napoleón ha vuelto a implantar el poder porcino en la granja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario